viernes, 25 de diciembre de 2009

Pregunta numero 1 | I-CHING |

Hexagrama 5 | LA ESPERA |
Su La espera (o la nutrición)

Arriba: lo insondable: el agua
Abajo: lo creador: el cielo

juicio
Si eres sincero, poseerás la luz y el éxito
La perseverancia trae buena fortuna
Es propicio cruzar las grandes aguas

La espera no es una esperanza vana. Su certeza da la luz que conduce a alcanzar el fin, y esto a su vez a la perseverancia que acarrea la buena fortuna y confiere la fuerza para cruzar las grandes aguas. Estás frente al peligro y debes sobreponerte. Ni la debilidad y ni impaciencia pueden ayudarte. Sólo el hombre fuerte puede encarar su destino, porque su seguridad interior le permite resistir hasta el final. Esta fuerza se te revelará bajo la forma de una sinceridad inflexible hacia ti mismo. Sólo hasta que tienes el valor de encarar las cosas tal cual son, sin ilusiones ni desencantos, es que una luz surge de la realidad y te permite reconocer el camino de la realización. A este reconocimiento deberán corresponder acciones resueltas y perseverantes. Porque sólo el hombre que enfrenta su destino con resolución es capaz de tomar su devenir en mano: entonces podrá cruzar las grandes aguas, y será capaz de tomar las decisiones necesarias y sobreponerse al peligro.

Las nubes se hacen del cielo y esto es un signo de que va a llover. No hay nada que hacer entonces, salvo esperar que caiga la lluvia. Lo mismo en la vida, cuando el destino se está preparando. Todavía no aún no ha llegado la hora, por tanto uno no debe interferir ni forzar innecesariamente las cosas. Calladamente, hay que fortificar el cuerpo con comida y bebida y la mente con contento y buen ánimo. Es destino llega por sí mismo: entonces uno está listo.

linea inferior

Espera en el prado

Es propicio permanecer en lo que dura

Sin culpa.

El peligro aún no está cerca. Uno espera en la pradera. Las condiciones son simples, pero en el aire ya flota cierto sentimiento de premura. Uno debe continuar con la vida normal por el mayor tiempo posible. Sólo así se puede prevenir el gasto prematuro de fuerzas y permanecer libre de la culpa o el error que más tarde se convertiría en fuente de debilidad.

Segunda línea

Espera en la arena

Hay maledicencia

El fin trae buena fortuna

El peligro se aproxima. La arena está cerca del banco del río, símbolo este del peligro. Se gesta el desacuerdo. Nace un malestar general donde la gente se culpa mutuamente. El que permancezca en calma logrará llegar a su fin. Los chismosos terminarán por callarse si no se otorga el gusto de hacerles caso.

Tercera línea

La espera en el lodo

Trae la llegada del enemigo

El lodo no es un buen lugar para esperar: ya se siente la humedad de la corriente. En lugar de haber reunido la fuerza para cruzar el río de un golpe, uno ha hecho un intento prematuro que no ha lo ha llevado más allá del banco de lodo. Esta lamentable situación es una invitación para que el enemigo saque ventaja naturalmente. La precaución y el sentido de la seriedad de la situación son los únicos medios para salvarse del daño.

Cuarta línea

Espera en la sangre

Sal del hoyo

La situación es extremadamente peligrosa. Gravedad extrema, ahora de vida o muerte. El baño de sangre parece inminente. No hay marcha adelante ni atrás: nos han cortado la retirada, como al fondo de un hoyo. No hay más que resistir y dejar que el destino siga su curso. Esta compustura nos previene de agravar el problema con cualquier cosa que hagamos: es la única manera de salir de tan peligroso hoyo.

Quinta línea

Espera en la carne y la bebida

La perseverancia trae buena fortuna

Incluso en medio del peligro hay momentos de paz, donde las cosas van relativamente bien. Con la fuerza interior necesaria, hay que aprovechar esos intervalos para fortificarse en vista de un nuevo combate. Habrá que saber cómo disfrutar el momento si perder de vista el objetivo: la perseverancia es indispensable para la victoria. / Esto aplica también para la vida pública: no es posible alcanzarlo todo de golpe. [...] Aquí radica el secreto de todo el hexagrama, que se diferencia del 39Chin (obstrucción) en que aquí, mientras uno espera, está convencido de que nada en el devenir le robara la calma y la paz que procura el gozo interior.

Línea superior

Uno cae en el hoyo

Tres huéspedes llegan sin invitación

Hay que honorarlos: así la fortuna llegará al fin

La espera ha terminado: no hay manera de eludir el peligro. Uno cae en el hoyo y hay que resignarse a lo inevitable. Todo parece haber sido en vano. Sino embargo es precisamente en este estado de desamparo que las cosas toman un giro imprevisto. Sin intención alguna, se produce una intervención exterior cuyo significado uno no solamente no conoce, sino que se pregunta si busca la salvación o la destrucción. Hay que guardar la movilidad interior: la actitud justa no consiste en atrincherarse en uno mismo y oponer resistencia, sino en saludar con respeto este nuevo giro del destino. Así uno termina por salir del peligro y todo va bien. Hasta la felicidad se presentan al principio bajo una apariencia sospechosa.

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