martes, 29 de septiembre de 2009

El odio enfermo que me excita

En mi razón lastimada, anida un zumbido, un ronroneo no muy lejano de aquel gato que me evoca todas las mañanas, y hoy, no es la excepción. No soy el ente idóneo para mirarlo a sus ojos, no soy capaz de ojear por la ventana, contemplar la luna tan intensa y enfermiza que me ataca .Me oculto tras la almohada y trato de ahogarme, de asfixiarme (un intento suicida absurdo) pero la fuerza inconciente que domina mi razón ante la pasión, manda un impulso tan solidó y resistente, capaz de levantarme de un salto, atarme las manos contra la cama en minutos, desatarme en segundos y sentirme como un verdadero anormal …

Gozo de leche frente a mi trompa, y entra el aroma de aquel bálsamo, olor a sangre deslactosada que me enfermiza y me excita, pero gracias a mi abuela, a las estrellas, a la luna, a un nuevo amor y a mis afilados dientes, he dejado de probar, de gritar, de caminar, y ambular .Lo que ahora siento por ti es odio. Tratare de visitarte todas las mañanas, de ser una pesadilla en tu piel, calentarte de odio y demostrarte que jamás has valido nada…

Estoy sola, como las focas, soy tan esquiva y fría como tu herida… el sol mi enemigo, los lobos mis camaradas hipócritas y tu mi prostituta.

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